En el 2015 confluyeron una serie de problemas que han generado incertidumbre en torno al futuro de la “Revolución Ciudadana” del presidente ecuatoriano Rafael Correa. El desplome de los precios del petróleo golpeó fuertemente a la economía ecuatoriana, centrada en la exportación de recursos naturales y dependiente del gasto público. La insatisfacción ciudadana se hizo sentir a través de masivas jornadas de protesta en contra de las reformas legislativas y las enmiendas constitucionales del oficialismo. Y el inesperado declive en la popularidad de Correa, junto a su decisión de abstenerse de buscar la reelección en el 2017, configuran un escenario difícil para el correísmo. La suerte del oficialismo en los próximos comicios dependerá de cómo se resuelvan estas tensiones en el 2016.