Este artículo analiza cinco reformas electorales chilenas de 1958 y 1962, relativas a la regulación y supresión de los pactos electorales y el establecimiento de la Cédula Única. Utilizando un marco analítico elaborado a partir de la literatura comparada reciente, se estudia el quién y por qué de esas reformas, esto es, los incentivos que tuvieron los partidos para impulsarlas y los objetivos que persiguieron con ellas. Para ello, se estudia tanto el contexto político en que se realizaron, como el debate político y parlamentario a que dieron lugar. Se argumenta que las cinco reformas analizadas se vincularon a dos objetivos principales: favorecer y/o perjudicar los intereses de actores específicos y superar la creciente deslegitimación del sistema partidario.