Esta investigación examina el comportamiento diacrónico del Legislativo chileno desde 1990 hasta el 2009, estudiando las variables que influyen en sus niveles
de productividad. Se observa que éstos no son homogéneos a través de los años, planteándose dos explicaciones principales: la primera es la existencia de ciertos ciclos políticos –el primer año de gobierno y las elecciones parlamentarias– y la segunda es un proceso institucional de largo plazo entendido como la acumulación de experiencia democrática del Congreso. Estas variables explicativas son testeadas a través de un modelo de regresión logística, que permite concluir que bajo estas condiciones y procesos institucionales los congresistas presentan una mayor productividad legislativa, funcionando como un cuerpo coherente y coordinado.