Este artículo plantea que la estabilidad de la transición y consolidación democrática chilena ha dependido, entre otros factores, de la confianza mutua y relaciones de annonía que los partidos políticos y las organizaciones empresariales lograron desarrollar entre el Plebiscito de 1988 y los meses inmediatamente siguientes a las elecciones presidenciales de 1989. El trabajo persigue dos objetivos. El primero trazar la evolución de las orientaciones de los grupos empresariales hacia los partidos políticos, coaliciones electorales y programas presidenciales para entender sus opciones ante la elección presidencial. El segundo, analizar el comportamiento del empresariado en la primera elección competitiva realizada en Chile después de diecisiete años de autoritarismo y durante el primer año del gobierno de la Concertación. Se argumenta que por la posición privilegiada que los empresarios tienen en una economía de mercado, estos pasan a ejercer; en contraste con la democracia preautoritaria, una función pública, que iguala a aquella desempeñada tradicionalmente por la clase política. Se concluye que la redemocratización chilena no consiste solamente en la transición de un régimen político autoritario hacia uno democrático, donde se restauran y renuevan una tradición y prácticas políticas pluralistas, sino que por primera vez en la historia política de Chile, dado el éxito del modelo económico legado por el autoritarismo, existe la posibilidad real de la consolidación de una democracia capitalista.