Este artículo estudia los cambios generales en los sistemas de partidos en las democracias modernas y argumenta que muchas de las tendencias que se observan internacionalmente —como el aumento en la desconfianza en los partidos, o desalineaciones electorales cada vez mayores— también se observan en Chile. De esta forma, cualquier análisis de cambios en el sistema de partidos de Chile tiene que considerar lo que está sucediendo en otros países con sistemas de partidos bien establecidos. El artículo postula que la comparación del sistema de partidos chileno con el pasado reciente tiende a estar limitado al período excepcional 1964-1973 y que un análisis más extendido implicaría muchas más continuidades de las esperadas. También se cuestiona las nuevas discusiones sobre si existe o no una nueva fisura partidaria, basada en la oposición entre el apoyo y rechazo al sistema autoritario, o el apoyo a la democracia.