Los procesos electorales son hoy en día eventos internacionales y la observación internacional de elecciones (OIE) una práctica institucionalizada en la política mundial que ha redefinido parcialmente el concepto de soberanía estatal. Este trabajo trata de un caso fundacional en el proceso de normalización de la OIE: las elecciones nicaragüenses de 1990. Por primera vez en la historia, la Organización de las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, y una miríada de organizaciones no gubernamentales monitorearon un proceso electoral conjuntamente en un Estado soberano. Este trabajo analiza el caso nicaragüense a la luz de la estructura normativa del hemisferio occidental, la cual, como se argumenta, jugó un papel importante tanto en él como en la eventual normalización de la OIE.