La ciencia política brasileña logró establecerse en la década de 1970 bajo un régimen militar. A partir de la década de 1980, creció y se institucionalizó. Sin embargo, existen en el país dos formas principales de escuelas que no se comunican entre sí, una empírica y otra normativo–filosófica. Proponemos que la ciencia política, una academia que necesita todavía expandirse, encuentra en un modelo consociativo su mejor forma de organizar la interacción entre las escuelas. Para esto, hay que generar un amplio consenso en torno a las líneas de expansión de la comunidad y que se debe basar en el fortalecimiento de la enseñanza de métodos y humanística.
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