Desde finales de los años 80 y principios de los 90, la ciencia política cubana pasa por un proceso de renovación que conlleva una serie de desafíos importantes. Esta renovación está vinculada indisolublemente al impacto que tuvo en el plano de las ciencias sociales del país la caída del socialismo en la Unión Soviética y Europa Oriental. Tales acontecimientos obligaron a repensar los presupuestos básicos de la economía, la sociología y, en fin, la politología. Al calor de esta reelaboración, los politólogos cubanos esencialmente volvieron al rescate de toda la ciencia política tradicional cubana y a la producida desde perspectivas críticas de lo que el recientemente fallecido Roberto González llamaba la ‘marxología’.