La ciencia política surgió en Guatemala a finales de los años 60 y durante más de una década, tuvo que desarrollarse con las limitaciones impuestas por los regímenes autoritarios de turno. No obstante, desde su surgimiento las escuelas de ciencia política promovieron activamente la democratización del país. Al iniciarse el proceso democratizador a mediados de los 80, se abrió el espectro de los temas de estudio e investigación. Algo similar ocurrió con el proceso de paz en los años 90. A lo largo de tres décadas la disciplina ha contribuido en forma importante a la construcción de la democracia y la paz en Guatemala. Como disciplina, sin embargo, se ha visto limitada por los fuertes vínculos que ha mantenido con otras ciencias sociales y con el derecho. Durante 35 años los centros académicos que dan formación en ciencia política han enfrentado disyuntivas en cuanto al tipo de programas que deben ofrecerse a los estudiantes (grados técnicos, licenciatura o maestría), el perfil de los profesionales que egresan de los mismos vis–à–vis el mercado laboral y el énfasis en el estudio de la problemática guatemalteca vis–à–vis una perspectiva más global.