Se ha dicho que no hay ciencia política en Panamá. Sin embargo, este artículo registra un panorama más diverso y complejo: ilustra cómo se establecen las Facultades de Derecho “y Ciencias Políticas”, y cómo la precaria enseñanza de la disciplina queda atrapada entre juristas. Esto implica una preocupación excesiva por la organización constitucional del Estado. También expone el desarrollo de una vía paralela, con el ascenso de la sociología y otras ciencias sociales, que examinan la sociedad en su totalidad, y desde ángulos predominantemente históricos y económicos. Las investigaciones en ambas vertientes son numerosas y abordan una gran cantidad de temas durante los últimos 25 años. Sin embargo, el final simultáneo del régimen militar y de la guerra fría brinda oportunidades adicionales para la labor académica. Para la ciencia política panameña, podría tratarse de un nuevo y más sólido punto de partida.
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