La Nueva Administración Pública (NPM) es un fenómeno mundial que nace de la experiencia norteamericana. Alimentada en los años de la administración Reagan con la retórica de “quitarse al gobierno de las espaldas”, éste maduró bajo la crítica nacional a la actuación del Presidente Clinton y el posterior acercamiento republicano bajo el mandato del Presidente Bush. Tanto los líderes demócratas como republicanos proporcionaron una visión de gobierno empresarial, menos intruso pero más responsable a los ciudadanos. El índice de crecimiento de los programas de gobierno iba a ser limitado. Sin embargo, el ataque terrorista del 11 de septiembre del 2001 sobre el World Trade Center y el Pentágono dio pie a la “guerra contra el terrorismo” cambiando las prioridades. Fueron enfatizados los valores tradicionales de la administración pública, el control y la coordinación centralizada y la cooperación intra–gubernamental. La disminución del estado administrativo fue limitado a las áreas que no implican temáticas de defensa y seguridad.