Este artículo analiza las elecciones presidenciales y parlamentarias chilenas de diciembre de 2005 y enero de 2006, centrándose en tres puntos principales. Primero, se estudia el surgimiento de las candidaturas presidenciales y la campaña presidencial, describiendo sus rasgos principales, argumentándose que la Concertación pudo retener la Presidencia luego que “politizó” la campaña, dejando de lado su estrategia inicial. Segundo, se analizan los resultados parlamentarios, destacándose la consolidación de la hegemonía de la UDI al interior de la Alianza y del pacto PS-PPD-PRSD en la Concertación. Por último, se hacen algunas observaciones sobre los eventuales efectos de estos resultados sobre el cuarto gobierno de la Concertación liderado por Michelle Bachelet.