El sistema binominal continúa siendo cuestionado, razón por la cual parece conveniente su reforma, pese a que sus efectos han sido empíricamente bastante beneficiosos. El mismo balance se desprende, a nivel teórico, comparando los efectos del sistema electoral vigente en Chile con criterios de evaluación que se expresan homogénea y universalmente en procesos de reforma electoral. Sin embargo, hay debilidades del sistema binominal en la función de representación que conviene subsanar, tratando de conservar su efectividad respecto a otras funciones. Esto incluye también defenderlo frente a críticas que se centran en fenómenos como el clientelismo, cuyas causas están fuera de su alcance. Respecto al diseño mismo, se sugiere entenderse primero sobre los objetivos de la reforma: formar consenso, sólo después tratar los elementos técnicos de su materialización. Se recuerda, además, que desde una perspectiva comparativa el sistema vigente es a menudo la solución más probable entre las alternativas en debate.