La corrupción se ha convertido en uno de los problemas más relevantes en las democracias emergentes porque puede conducir a la erosión de la creencia en la legitimidad del sistema político. Este reporte ha encontrado que tanto las características individuales como una característica a nivel nacional son importantes para explicar la victimización por corrupción policial. Específicamente, los individuos que habitan en países ricos tienen menos probabilidad de ser víctimas de la corrupción, mientras la probabilidad es notablemente más alta para el ciudadano promedio de países pobres. Por lo mismo, los programas anticorrupción tienen más probabilidad de ser exitosos cuando combinen acciones locales, como la profesionalización de las fuerzas policiales, con intentos más generales de mejorar el desarrollo económico de los países pobres.