Recientemente dos países de la región centroamericana han aprobado la reelección presidencial gracias a sendas decisiones de sus Cortes Supremas. El objetivo de este artículo es examinar por qué se ha transferido la decisión sobre este tema al foro judicial en lugar de seguir la correcta vía legislativa. Para explicar esta situación se propone un modelo que muestra que la cuestión de la reelección se trasladará a los foros judiciales cuando exista una fuerte división o fragmentación en la Asamblea, el candidato pertenezca a una coalición ascendente y existan Cortes proactivas y orientadas políticamente. El análisis empírico que respalda el modelo considera las dos decisiones de la Corte Supremas de Costa Rica y Nicaragua que han permitido la reelección presidencial en dichos países.