El artículo analiza los problemas que tienen los partidos políticos en Chile, que constituye una nueva democracia que ha tenido un exitoso proceso de desarrollo económico. Los problemas son principalmente institucionales, de representación política, y se expresan en su débil capacidad de reclutamiento de militantes, de baja movilización electoral y de escasa participación en el debate público. Ellos se explican por el carácter que tuvo el régimen autoritario del general Pinochet y por la estrategia de la transición a la democracia, que combinó el cambio en el orden político-institucional con la continuidad del modelo económico. Las causas de los problemas se encuentran más bien fuera de los partidos, identificándose algunos de los más importantes. Esto quiere decir que la estrategia para fortalecer el rol de los partidos implica la participación no sólo de sus dirigentes, sino también de otros actores del sistema político y económico.