Entre octubre y diciembre de 2019 una ola de protestas masivas (en ocasiones violentas) remeció Chile, abriendo nuevas posibilidades políticas para el país. Este artículo investiga en qué medida dichos eventos afectaron la organización, identidad y estrategias del movimiento estudiantil: un actor crucial en el ciclo de movilización de octubre y un protagonista importante de la política chilena de las últimas dos décadas. Con base en un análisis cualitativo de cobertura de prensa y entrevistas en profundidad a importantes figuras estudiantiles, el trabajo argumenta que aun cuando el ciclo de protesta generó un momento de inflexión
nacional, este no constituyó necesariamente una coyuntura histórica de cambio para el movimiento estudiantil. En el proceso de explicar esta paradoja, el artículo confirma que el impacto transformativo de la protesta en los movimientos sociales depende de su fortaleza organizativa y del carácter de sus repertorios de protesta. El artículo destaca asimismo que algunos factores no considerados por la literatura de movimientos sociales —incluyendo el impacto de movilizaciones precedentes y el sitio de la protesta— median el impacto que eventos de protesta tienen en los movimientos sociales involucrados.