2019 fue un año significativo para la política colombiana. El debate político estuvo dominado por cuatro temas relacionados: (a) la implementación de un acuerdo de paz de envergadura histórica entre el Gobierno nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y todas sus ramificaciones económicas, judiciales y políticas, (b) la continua presencia de cultivos ilícitos y el impacto del narcotráfico en la seguridad doméstica y exterior, (c) la tensa relación bilateral entre Colombia y Venezuela y, parecido a otros países latinoamericanos, (d) la agitación social causada por la frustración generalizada con la educación pública, la salud, la corrupción, la gobernanza y el medio ambiente. Al mismo tiempo, el país estuvo marcado por un crecimiento económico constante, por encima del promedio latinoamericano. Además, una buena parte del debate político tuvo lugar en el marco y en torno a las instituciones del Estado y la sociedad colombianas, ilustrando una creciente capacidad institucional y una sociedad civil madura. En este artículo, describo los diferentes aspectos de la paradoja de la abundancia colombiana—altos niveles de agitación social y polarización política en torno a asunto estructurales no resueltos y expectativas pendientes sobre la paz, en combinación con desempeño económico superior y creciente capacidad institucional—en un esfuerzo por brindar una visión panorámica de los desafíos superados y los que están por venir.