En 2018 Uruguay enfrentó a una cantidad significativa de vientos en contra. El Frente Amplio se encara a una desaceleración de la economía y su elección más desafiante hasta el momento. La tasa de crecimiento fue positiva, aunque reducida respecto al año anterior; la inflación, el desempleo y el déficit están por encima de las metas. Después de la pérdida de un diputado en 2016, el Frente volvió a una fuerte tasa de eficacia legislativa en 2018. Sin embargo, el índice de aprobación del Presidente Tabaré Vázquez bajó a 30% a fines de ese año, desconcertando al partido. Los retos del Frente son extensos. El estancamiento económico, los bajos índices de aprobación presidencial, la escasa mayoría parlamentaria y los votantes descontentos se fusionan para crear una incertidumbre considerable para las elecciones de 2019, y la configuración política del país