La pregunta “¿quién es el propietario?” es sorprendentemente confusa cuando se la aplica a la cuestión del territorio. Cada palabra abre una nueva interrogante: ¿quién puede ser “propietario” del territorio?, ¿en qué consiste esta “propiedad”?, ¿qué justificación hay para este tipo de “propiedad” que tenga valor para otros agentes? Estas preguntas son especialmente importantes en el contexto latinoamericano, donde convergen distintas clases de disputas territoriales. El artículo indaga dos conocidas aproximaciones a estas preguntas: la perspectiva kantiana de la autoctonía y la visión lockeana de la eficiencia. Se argumenta que ninguno de estos aspectos responde, en toda su complejidad, la pregunta de la propiedad del territorio. Este trabajo defiende un enfoque alternativo, que se funda en el reconocimiento de otras concepciones de la tierra y las formas en las que grupos diversos alcanzan la plenitud en lugares particulares.