Una de las principales causas de la magnitud de la tragedia de la COVID-19 en el Perú fue la falta de oxígeno medicinal. ¿Qué explica esta escasez de oxígeno, alta incluso para estándares regionales? Este artículo presenta una respuesta desde los legados del sistema de salud peruano. Primero, una causa estructural. Las carencias históricas del sistema de salud y ciertas características vinculadas a la tercerización de servicios llevaron a una poca capacidad de proveer este insumo. Segundo, un legado institucional. Una norma del 2010 estableció un requerimiento de pureza de 99% para el oxígeno medicinal. Este porcentaje, que está muy por encima de las normas técnicas internacionales, restringió la oferta, concentrándola en dos grupos empresariales. El caso de la región Ayacucho, donde se contaba con una mayor dotación de oxígeno gracias a la existencia de dos isotanques antes de la pandemia, ilustra algunas de estas dinámicas y la importancia de este recurso para salvar vidas.