Este artículo analiza el primer año de gestión del tercer gobierno consecutivo del Frente Amplio en Uruguay. El repaso de los principales eventos políticos ocurridos durante el año da cuenta de las dificultades que tienen los partidos como el Frente Amplio para gobernar bajo mandatos de izquierda cuando las perspectivas económicas son negativas. La pérdida de dinamismo económico, las presiones inflacionarias, el deterioro de las cuentas públicas y la concomitante reducción del espacio fiscal, catalizaron los conflictos entre el gobierno y sus bases sociales. El deterioro del frente externo ha puesto en cuestión a uno de los gobiernos más exitosos de la región en los últimos diez años que, ante un escenario desconocido, intenta navegar entre la consolidación de su agenda distributiva y de crecimiento.