El balance de la ciencia política en México en los primeros tres lustros del siglo XXI muestra una ciencia institucionalizada, con solo observar el número de programas de grado y posgrado, publicaciones, asociaciones e investigadores dedicados a cultivarla. Al mismo tiempo se mantiene su fragmentación interna, propia de la disciplina desde sus orígenes. Todavía no se asume como una ciencia al singular (ciencia política) y se sigue pensando en plural (ciencias políticas); empero la democratización en el país la impactó favorablemente pues abrió un abanico de temas que requieren explicaciones propiamente politológicas, lo que ha impulsado el crecimiento de la disciplina. Comparada con su situación en décadas anteriores, la ciencia política mexicana ha crecido de manera sostenida y se vislumbra un futuro promisorio para su desarrollo.