El gobierno del presidente Rafael Correa ha buscado radicalizar su proyecto de Revolución Ciudadana entre 2010 y 2011. A cinco años del inicio de su mandato,
el Presidente continúa teniendo una significativa aprobación ciudadana, que se ha expresado en el Referéndum Constitucional y la Consulta Popular de mayo de 2011. A pesar de ello, tres elementos manifiestan la creciente tensión interna. Primero, la revuelta policial del 30S da cuenta de la reacción de las corporaciones cuando ven amenazados sus privilegios. Segundo, el uso de demandas judiciales contra los periodistas y los medios de comunicación llama la atención sobre los niveles de pluralismo democrático. Tercero, la ruptura interna de la coalición gobiernista, debido a la salida de algunos dirigentes, dificulta la capacidad de Alianza PAIS para conseguir mayorías legislativas que apoyen las reformas que aún faltan implementar por la Revolución Ciudadana.